lunes, 15 de julio de 2013

La niña de la muerte
El final vino volando.
Sólo lo vio la niña.
Los que deseaban la muerte
ni se dieron cuenta,
no estaban mirando al cielo.
La muerte venía azul desnuda
y apenas se distinguía su silueta;
sólo con las nubes de fondo.
Todos los que la deseaban
murieron sin verla, sin conciencia,
y formaron parte de la Tierra,
sin recuerdos, sin penas,
sin placer, sin sentidos,
sin sentimientos, sin vino.

“¿Cuándo termina la muerte?
¿Cuándo empieza”,
preguntó la niña.
La muerte le respondió
que era eterna.
Y la niña la enfocó
con su linterna apagada
a plena luz del día.
“No sé qué es eterna”,
dijo la niña.
Y la muerte volvió a hablar:
“La eternidad es antes y después de siempre,
es siempre...”
“Yo quiero ser siempre”,
replicó la niña.
La muerte le sonrió,
abrió sus alas
y se alejó de la niña para siempre.

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